En total, las exportaciones de China alcanzaron los 83.530 millones de dólares, mientras que las importaciones se situaron en 83.250 millones de dólares, cifras que significan subidas interanuales del 13,5 y el 22,8 por ciento, respectivamente.
Tras años de ralentizaciones en el crecimiento, especialmente tras dos años consecutivos de bajadas, el comercio bilateral entre China y los países latinoamericanos ha recuperado un incremento rápido este año y, además, las importaciones y las exportaciones fueron equilibradas, conforme a los datos oficiales del ministerio.
La estructura comercial se ha optimizado. Actualmente, las exportaciones de China a América Latina se concentran en productos de maquinaria y electrónicos y de alta tecnología, mientras que las importaciones desde los países latinoamericanos son cada vez más variadas, desde los tradicionales productos relacionados con la energía y los minerales hasta los agrícolas.
América Latina sigue siendo el segundo mayor destino extranjero de inversiones de China y el país asiático se ha convertido en una importante y estable fuente de financiación para América Latina. Los campos de inversión se están ampliando y van desde el petróleo, los minerales y la agricultura hasta sectores como el manufacturero, el financiero, el eléctrico, el transporte y el comercio electrónico.
La construcción de zonas de libre comercio también ha promovido la cooperación bilateral económica y comercial entre China y los países latinoamericanos. China ha firmado tratados de libre comercio con Chile, Perú y Costa Rica. Este año, se culminaron las negociaciones para la modernización del tratado entre China y Chile, el primer país latinoamericano que firmó un acuerdo de este tipo con el país asiático y que se ha convertido en la mayor fuente de importación de fruta fresca y en uno de los principales puntos de origen de los vinos que se introducen en el mercado chino.
Todavía existen amplias perspectivas para la cooperación entre China y América Latina en los campos de la energía limpia, los materiales de construcción de nuevo estilo, el petróleo y la industria química, la automoción, el hierro y el acero, los productos agrícolas, la logística en puertos y la tecnología informática, entre otros.